La mañana se presentaba fresca, 4ºC y muchos kilómetros de la carrera discurren junto al rio, haciendo que esa sensación sea menor. Bien equipado para ello, me dirijo hacia la línea de salida al encuentro de los compis y amigos de carreras y cervezas.
Primero, recogida del dorsal, escuchando rock & roll bien alto para ir entrando en calor.
Después, fotos con los compis que iban a correr (María, Rai, Pablo…), con intercambio de risas antes de empezar la Media Maratón.
Antes de salir, visita obligada al WC que, como bien sabe María, era una asignatura pendiente mía para la distancia de MM 🙂 (En la media de Fuenlabrada, iba con María corriendo y charlando con ella, le dije que iba a baño y nunca más volví…)
A las 9:30 empieza la carrera, esta vez, a diferencia del año pasado que salí a un ritmo más alto, voy con la idea de ir tranquilo y ver si soy capaz de bajar el tiempo al crono, con idea de hacer 2:10-2:15 al final. A esta idea se suma Alberto Barrantes
Los primeros kilómetros, son de control de pulsaciones, ritmo contenido y chascarrillos varios a viandantes, corredores y cosas del entorno. Tramos suaves, en descenso, que hacen que vayamos bien y cómodos.
Salimos hacia la orilla del rio, la zona más bonita de la carrera, y que mantendremos durante 10 kilómetros, a un lado y otro del rio. Hace un poco de frio pero con el ritmo que llevamos, entramos en calor rápido. En el km 3, se nos suma Laura que iba por delante pero a un ritmo mayor y prefiere venir con nosotros.
Los tiempos son buenos, entorno a 5:45-5:50 el km, y llegamos al kilómetro 9, donde Laura decide quedarse porque va un poco justa de fuerzas. Alberto y yo, seguimos, rio arriba al mismo ritmo. Llegados al km 11, empezamos a comentar la posibilidad de mejorar mi MMP de la distancia, si mantenemos el ritmo. Yo le dijo que ando un poco justo y que vamos a ir viendo. El me lleva a ritmo de tambor durante los 2 siguientes kilómetros (respira, no fuerces, tranquilo, recupera…) , hasta que en el 13, llegando al 2º avituallamiento, le digo que tire, que voy a aflojar que quiero terminar y parece que no me queda mucho fondo. Le veo alejarse en el asfalto mientras me dice «no te vengas abajo y continua» (gracias Alberto)
Lo paso mal durante el 13 y el 14, porque me noto vacío, sin fuerzas para seguir. Durante los siguientes kms, mezclo el trotar con el andar hasta que en el 17 me termino de desinflar.
Son los momentos más delicados pero, miro el reloj y veo que sigo en tiempos de llegar en meta entre los 2:10 y los 2:15 y vuelvo a trotar, aunque el ritmo es de fatiga y veo que no voy a llegar así. Los últimos 3 kms los hago a trote suave pero los hago corriendo, hasta que llego a la última cuesta, donde la meta se ve al final y, sufriendo, la subo, haciendo un tiempo en meta de 2:15:16.
Recuperación, agua y estirar bien para evitar el dolor de gemelos de la última subidita. He llegado a meta porque me lo he propuesto. Lo necesitaba, después de varias semanas sin entrenar y para terminar el año cruzando una meta y viendo que puedo hacerlo. Al final, han sido 12 minutos menos que el año pasado.
Ahora toca volver a los entrenos sabiendo que esto era solo un puerto de una gran carrera que quiero conquistar en Abril.
Cambiando el Chip 